Regresé a la computadora, en donde había visto la noticia, volví a leer; entonces fue ahí cuando me di cuenta que la persona que había fallecido era Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia, un uruguayo de 88 años de edad, que como a todos en algún momento de nuestra vida, le llegó el tiempo de rendir cuentas en el más allá. Pero Mario Benedetti, el artista, el literato, sigue vivo. Vive en todas y cada una de las palabras que escribió, en cada poema que salió de su inspiración, en cada obra terminada; su esencia está en todos los cuentos, ensayos, novelas y personajes a los que dio vida, y que hoy dan vida a este hombre. Basta con leer uno de sus poemas, sentir el eco de su voz en cada lectura, para saber que está vivo y que vivirá mientras haya lectores que sigan sus letras, que lo descubran y que lean una y otra vez sus obras. Mario Benedetti vive en cada una de sus más de 80 obras literarias, que lo hicieron merecedor de varios reconocimientos, y el mejor que le podemos hacer, es continuar leyéndolo por siempre jamás.
“Entre siempre y jamás”
Entre siempre y jamás
el rumbo el mundo oscilan
y ya que amor y odio
nos vuelven categóricos
pongamos etiquetas
de rutina y tanteo
-jamás volveré a verte
-unidos para siempre
-no morirán jamás
-siempre y cuando me admitan
-jamás de los jamases
-(y hasta la fe dialéctica
de) por siempre jamás
-etcétera etcétera
de acuerdo
pero en tanto
que un siempre abre un futuro
y un jamás se hace un abismo
mi siempre puede ser
jamás de otros tantos
siempre es una meseta
con borde con final
jamás es una oscura
caverna de imposibles
y sin embargo a veces
nos ayuda un indicio
que cada siempre lleva
su hueso de jamás
que los jamases tienen
arrebatos de siempres
así
incansablemente
insobornablemente
entre siempre y jamás
fluye la vida insomne
pasan los grandes ojos
abiertos de la vida.
Mario Benedetti
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